Sábado, 2 de noviembre de 2013
Andrew Cozzens se graduo de
Benedictine College en Atchison, Kansas . Después de un período de
discernimiento, ingresó en la
Facultad de Teología San Pablo Seminario . Fue ordenado sacerdote en
1997 para la Arquidiócesis de Saint Paul y Minneapolis y sirvió como vicario
parroquial durante varios años antes de ser enviado a la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino, Angelicum
, en Roma, Italia para estudios doctrinales. Completó su doctorado en 2008 con
una tesis titulada Imago vivens Iesu Christi spons Ecclesiae:. El sacerdote
como una imagen viva de Jesucristo Esposo de la Iglesia a través de los consejos
evangélicos Al regresar de Roma, Cozzens comenzó servicio como instructor
en el St. Pablo Seminario.
Episcopado
Papa ha nombrado al P. Francis.
Andrew Cozzens, un sacerdote
de la Arquidiócesis de Saint Paul y Minneapolis, para ser un obispo auxiliar de
la misma archidiócesis.
"Me siento honrado por el
nombramiento del Santo Padre y con ganas de servir a esta Iglesia local como
obispo auxiliar," p.
Cozzens
dijo 11 de octubre "Hemos sido bendecidos
con muchas parroquias activas, fiel y vibrante, las escuelas católicas y
organizaciones de ministerio en toda la Arquidiócesis."
El médico
se negó a continuar atendiendo el embarazo
En 1968
quisieron abortarlo porque iba a nacer «un monstruo»: su madre se negó... y va
a ser obispo
En 1968
quisieron abortarlo porque iba a nacer «un monstruo»: su madre se negó... y va
a ser obispo
Andrew
Cozzens, futuro obispo auxiliar de St Paul y Minneapolis.
El pasado
11 de octubre, el Papa nombró a Andrew Cozzens obispo auxiliar de St Paul y
Minneapolis, las ciudades gemelas de Minnesota (Estados Unidos). Fue ordenado
sacerdote en 1997 a los 28 años, tiene ahora 45 y es profesor de Teología
Sacramental y encargado de liturgia en el seminario diocesano y una persona
conocida y apreciada en su entorno, donde nadie se atrevería a considerarle
"un monstruo".
Pero hubo
alguien que sí lo hizo, y cuando aún no había nacido. Lo ha contado su madre a
The Catholic Spirit precisamente a raíz de su nombramiento, y desvela que el
futuro obispo pudo haber muerto abortado si Judy, que tiene hoy 69 años,
hubiese seguido los consejos de su ginecóloga.
"Un
monstro"
Cuando
estaba embarazada de cinco meses de quien sería su segundo hijo, empezó a
sentir dolor en la tripa, que al principio atribuyó a un virus que en aquel
momento hacía estragos en el colegio donde daba clase. Pero pronto comprendió
que realmente lo que estaba era experimentando dolores de parto. Un parto
peligrosamente prematuro. Acudió rápidamente al hospital con Jack, su marido, y
allí lograron detener el proceso.
El padre
Cozzens con su madre, 45 años después de la gran decisión.
Pero al
día siguiente, el médico llegó a la habitación con una propuesta terrible:
"Usted trae un feto deforme. No puede continuar con el embarazo".
"¿Qué quiere decir?", contestó Judy, una mujer de firmes convicciones
católicas: "¡Es mi hijo!".
"No,
creo que no me entiende", insistió el doctor: "Lo que usted lleva
dentro es un monstruo y no debe continuar este embarazo". El aborto en Estados
Unidos aún no se consideraba un derecho, pero sí se empezaba a practicar por
razones consideradas "terapéuticas".
"Es
mi hijo, y lo que Dios nos envíe, lo aceptaremos", respondió sencillamente
su madre. El médico se negó a continuar atendiendo el embarazo, pero
encontraron un sustituto que lo llevó a término el 3 de agosto de 1968.
Las
tareas de Dios
Andrew
nació perfectamente normal, aunque con un eczema que cubría todo su cuerpo.
Tuvo algunos problemas más de salud, como unas alergias que le dieron la lata
durante dos años y degeneraron en un asma crónica que todavía le afecta. ¡Nada
que convierta a nadie en un "monstruo"!
Aunque,
paradójicamente, ese asma le sirvió para despuntar a la vocación de entrega a
Dios a una edad tan temprana como los 4 años. Una noche, durante una estancia
hospitalaria en la que tuvieron que conectarle a un pulmón artificial, le dijo
al médico que estaba con él: "Vaya a dormir a la cama. Estaré bien.
Voy a crecer y a dedicarme a las tareas de Dios".
De hecho,
¡lo hizo aquel mismo día! El doctor le dijo luego a Jack y Judy que estaba
perdiendo su fe en Dios a consecuencia de un proceso de divorcio muy doloroso,
y que las palabras del pequeño le habían ayudado.
Campanas
por un sacerdote aún no concebido
Andrew
creció en una familia muy devota. Sus padres se habían conocido en 1964 como
estudiantes universitarios en una cita a ciegas, y cuatro semanas después de
quedar por primera vez, Jack le propuso matrimonio a Judy... ¡en la capilla de
la universidad, tras rezar un rato juntos!
"Ella
dijo sí inmediatamente, y mientras le ponía el anillo de compromiso, las
campanas de la capilla empezaron a sonar. Miré mi reloj y eran las 18.23. No
había razón para que sonasen a esa hora, así que nos encantó el hecho",
confiesa Jack, quien cree que fue un signo de que iban a ser bendecidos con un
hijo sacerdote.
Su
vocación se fraguó también gracias a la amistad de la familia con un sacerdote
de Denver, donde vivieron una temporada para tratar al pequeño en un centro
especializado en asma. Monseñor Thomas Barry adelantó un poco incluso su
Primera Comunión para que pudiese ayudarle a misa antes de jubilarse.
Buen
corazón
Y el
"monstruo" siguió haciendo vida normal, e incluso más que normal,
pues siguiendo las aficiones de montañero de su padre, lo ha sido él también.
Junto con su hermana mayor, Helen (madre de una jugadora de baloncesto que
apunta alto), y su hermano de acogida, Sergei, escalaron en 1982 el difícil
Grand Teton de Wyoming.
El futuro
obispo con su sobrina AnneMarie, una de las estrellas del laureado equipo local
de baloncesto femenino.
Por
cierto que con Sergei, hoy abogado, Andrew también mostró su buen corazón. La
familia lo intentó adoptar cuando tenía 15 años, pero no lo consiguieron,
aunque pasó con ellos una temporada tan larga que lo consideran uno más. En una
ocasión, mientras estaban cenando y comentando las dificultades para la
adopción, el futuro obispo, que tenía entonces 10 años, se lamentó: "¿Cuál
es el problema? Sergei necesita un hogar y nosotros tenemos uno".
Siempre
ha sido muy sensible a esa problemática, por su relación con Sergei y por su
propio caso, y ya como sacerdote formó parte de Safe Place for Newborns, una
organización que atiende recién nacidos en riesgo de ser abandonados.
Doctor
por el Angelicum
Tras
estudiar en un colegio público, formarse con los benedictinos y crecer en la fe
durante un tiempo con la Renovación Carismática, Andrew entró en el seminario,
se ordenó sacerdote, y luego acudió al Angelicum de Roma (la universidad de los
dominicos), donde se doctoró en 2008 con una tesis sobre el sacerdote como
"imagen viva de Jesucristo".
¿Lo será
como obispo? Judy cree que sí: "Es un sacerdote bueno y santo, un hombre
humilde y un soldado fuerte. Está listo. Está preparado". Es su madre
quien lo dice, cierto, pero... es una madre que hace 45 años aceptó serlo
"de un monstruo" si ésa era la voluntad de Dios. La credibilidad se
la ha ganado a pulso.
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