Dios está presente en los buenos momentos y alegres de nuestro diario vivir, y aunque no lo crea, nos acompaña en las dificultades, en la enfermedad y en las peores situaciones de nuestra vida, Dios cuida de nosotros, siempre. ¡! Y he aquí que estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo. (Mt 28,20)!!
Escuche su programa ¡En el dolor esta Dios! en Radio Luz, 97.7 fm (http://www.radioluzfm.com/) día Jueves 10 pm.
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La evangelización es nuestro deber cristiano, llevar el Evangelio al que no lo conoce y a aquellas personas que asisten poco a la iglesia, trabajemos en ello, le digo como hacerlo, escríbame.
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domingo, 31 de julio de 2011
“Dios es más grande que sus problemas”
En otro lugar, alejado de allí, otro hombre (2º) iba cargando una carretilla llena de ladrillos. Dios que lo veía le pregunto. ¿Hacia dónde vas con esa carretilla? El hombre respondió. Voy al pueblo. Dios le dijo ¿Quieres que te ayude con esa carga? El hombre contesto, puedo solo.
En otro lugar, un hombre (3º) iba cargando un montón de leña atada con una cuerda. Dios que lo veía le dijo. ¿Hacia dónde vas con esa leña? El hombre respondió, La llevo a mi casa al otro lado del cerro. Dios le dijo ¿Quieres que te ayude? El Hombre accedió y Dios tomo la cuerda y cargo la leña. Poco habían caminado cuando el hombre le quito la leña a Dios y la volvió a cargar el mismo. Dios siguió caminando a su lado y un kilometro mas adelante, el hombre se la volvió a entregar para que él la cargara. Pero más adelante, el hombre se la volvió a quitar y lo cargo nuevamente y así siguió a lo largo del camino…
En otro lugar, muy lejos de allí, otro hombre (4º) iba por un camino llevando un pesado costal de arena. Dios que lo veía, le dijo: ¿Hacia dónde vas con ese costal de arena? El hombre respondió: Tengo que llevárselo a mi patrón, que vive a 5 kilómetros de aquí. Le dijo Dios: ¿Quieres que te ayude? El hombre sonrió y le dijo “Oh si Señor, yo ya no puedo con esta carga. Y se la entrego. Siguieron caminando y el hombre le iba contando a Dios alegremente de su vida, de su familia y de su trabajo. Le hacía preguntas, le pedía opiniones, en fin el hombre y Dios. Conversando y conversando llegaron a su destino.
El hombre ya no se había acordado más de su carga. El Señor mismo cumplió la encomienda de entregársela al patrón de aquel hombre. El hombre agradeció mucho la ayuda y el Señor le dijo: No te dejare ni te desamparare, siempre que me necesites estaré contigo.
¿Con cuál de estos cuatro hombres te identificas?
¿Eres como el primero que cuando tienes problemas no tomas en cuanta a Dios?...
O ¿eres como el segundo, orgulloso y soberbio, que no acepta la ayuda de nadie?
O ¿Eres como el tercer hombre, que entrega su carga a Dios, pero en realidad su Fe es escasa y decide volver a cargar él mismo?
O ¿Eres como el cuarto hombre, que mantiene una buena relación con Dios y humildemente y con alegría, acepta su ayuda y se olvida de su carga hasta el final del camino, porque confía que él tiene el poder para librarlo de esa carga, al punto de que él ya no tiene que preocuparse más por ella?
Quizá cuando estás en problemas acudes a Dios, le pides, le lloras, pero no sueltas tu carga.
Sigues soportando y sufriendo, en constante afán. Solo cuando voluntariamente le entregues esa carga, Él la tomara y la cargara sobre sus hombros.
Sigue el ejemplo del cuarto hombre, mantén una buena relación con Dios, deja que él te ayude con toda tu carga y descansa en él. Esto quiere decir que ya no vas a seguir angustiado, porque tu problema está en sus manos.
Ya no vas a sentir su peso ¡Porque ese peso lo está llevando el Señor!
Excelente
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