Dios está presente en los buenos momentos y alegres de nuestro diario vivir, y aunque no lo crea, nos acompaña en las dificultades, en la enfermedad y en las peores situaciones de nuestra vida, Dios cuida de nosotros, siempre. ¡! Y he aquí que estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo. (Mt 28,20)!!
Escuche su programa ¡En el dolor esta Dios! en Radio Luz, 97.7 fm (http://www.radioluzfm.com/) día Jueves 10 pm.
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La evangelización es nuestro deber cristiano, llevar el Evangelio al que no lo conoce y a aquellas personas que asisten poco a la iglesia, trabajemos en ello, le digo como hacerlo, escríbame.
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jueves, 15 de marzo de 2012
Silencio Interior. Jueves de la tercera semana de Cuaresma
En las relaciones humanas, a medida que el amor mutuo se profundiza, llega un tiempo cuando los dos amigos transmiten sus sentimientos sin necesidad de palabras. Ellos pueden sentarse en silencio compartiendo una experiencia o simplemente disfrutando la presencia del otro sin decir nada. Tomados de las manos o una simple palabra de cuando en cuando puede mantener esta profunda comunicación.
Esta amorosa relación apunta a la clase de silencio interior que está siendo desarrollado en la oración contemplativa. La meta de esta última no es tanto la ausencia de pensamientos o conversación, como el vaciamiento del yo. En la O. Contemplativa cesamos de multiplicar las reflexiones y actos de la voluntad. Una diferente clase de conocimiento enraizado en el amor emerge, en el cual la conciencia de la presencia de Dios suplanta la conciencia de nuestra propia presencia y la inveterada tendencia a reflejarnos en nosotros mismos. La experiencia de la presencia de Dios nos libera de hacernos a nosotros mismos o a nuestra relación con Dios, el centro del universo. El lenguaje de los místicos no debe ser tomado literalmente cuando hablan de la nada o vacuidad. Jesús practicó el vaciamiento para llegar a convertirse en ser humano, vaciándose a Sí mismo de Sus prerrogativas y las naturales consecuencias de Su divina dignidad. La vacuidad no significa como tal un espacio vacío, sino vacuidad en el sentido de adherido a nuestra propia actividad. Nuestras propias reflexiones y actos de voluntad son necesariamente preliminares para familiarizarnos con Cristo, pero tienen que ser trascendidos si Cristo va a compartir su más personal oración al Padre, que se caracteriza por la total auto-donación. (De: “Intimidad con Dios”).
Oración: Oh Espíritu Santo, no tenemos capacidad para percibirTe como Tú realmente eres. Sé Tú mismo, la continua revelación del misterio de Tu presencia.
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