Dios está presente en los buenos momentos y alegres de nuestro diario vivir, y aunque no lo crea, nos acompaña en las dificultades, en la enfermedad y en las peores situaciones de nuestra vida, Dios cuida de nosotros, siempre. ¡! Y he aquí que estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo. (Mt 28,20)!!
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La evangelización es nuestro deber cristiano, llevar el Evangelio al que no lo conoce y a aquellas personas que asisten poco a la iglesia, trabajemos en ello, le digo como hacerlo, escríbame.
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jueves, 1 de marzo de 2012
Temor de Dios
El término bíblico Temor de Dios no se refiere a la emoción del miedo. Temor de Dios es un término técnico en la Biblia que significa la correcta relación con Dios. La correcta relación con Dios es confiar en Él. La correcta relación con Dios involucra reverencia y profundo respeto por la trascendencia e inmanencia de Dios, así como confiar en su benevolencia y compasión. Para conceptualizar lo que el temor de Dios bíblico realmente significa, imaginemos a un niño en tiempo de Navidad en una enorme tienda departamental, el último piso del tamaño de toda una cuadra, está lleno de juguetes. Cuando el niño sale del elevador dentro de la tierra de las maravillas de deseables objetos, sus ojos se hacen más y más grandes. Mira hacia la izquierda y hacia la derecha, contemplando todo lo que su corazón ha deseado siempre: patines, muñecos electrónicos, trineos, aviones, trenes eléctricos, computadoras, etc. Él quiere ir en cada dirección de una vez. Está tan cautivado que no busca dónde estar. Quiere tocar de todo y llevárselo a casa. El temor de Dios bíblico es similar. Nos sentimos invitados a un misterio que contiene todo lo que nuestros corazones hubiesen podido desear. Experimentamos la fascinación del Misterio Final más que temor a lo desconocido. Queremos apresar o ser apresados por el misterio de la presencia de Dios que se abre perdurablemente en cada dirección. (De “Invitación a Amar”)
Oración:
Ven, Espíritu Santo, hazte presente en el momento de La tentación y suavemente persuade a nuestros tímidos corazones A confiar en Ti.
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