Inquietud.
Mensaje a los agustinos en la inauguración del 184
Capítulo General de la Orden. 28 agosto 2013
Autor:
Papa Francisco | Fuente: es.radiovaticana.va
La inquietud del encuentro
con Dios.
En Agustín es precisamente esta
inquietud del corazón la que lo lleva al encuentro personal con Cristo, lo
lleva a entender que aquel Dios que buscaba lejos de sí, es el Dios cercano
todo ser humano, el Dios cercano a nuestro corazón, más íntimo a nosotros que
nosotros mismos. Pero también en el descubrimiento y en el encuentro con Dios,
Agustín no se detiene, no se acomoda, no se cierra en sí mismo como quien ya ha
llegado, sino que continúa el camino. La inquietud de la búsqueda de la verdad,
de la búsqueda de Dios, se vuelve en la inquietud de conocerlo cada vez más y
de salir de sí mismo para hacerlo conocer a los demás. Es precisamente la
inquietud del amor. Quisiera una vida tranquila de estudio y de oración, pero
Dios lo llama a ser Pastor en Hipona, en un momento difícil, con una comunidad
dividida y la guerra a las puertas. Y Agustín se deja inquietar por Dios, no se
cansa de anunciarlo, de evangelizar con coraje, sin temor, busca ser imagen de
Jesús Buen Pastor que conoce sus ovejas (cfr Jn 10,14), es más, como amo
repetir, que ´siente el olor de su rebaño´ y sale a buscar aquellas perdidas.
Agustín vive aquello que san Pablo indica a Timoteo y a cada uno de nosotros:
anuncia la palabra, insiste al momento oportuno y no oportuno, anuncia el
Evangelio con el corazón magnánimo, grande (cfr 2 Tm 4,2) de un Pastor que es
inquieto por sus ovejas. El tesoro de Agustín es justamente esta actitud: salir
siempre hacia Dios, salir siempre hacia la grey... es un hombre en tensión con
estas dos salidas... no ´privatizar´ el amor... ¡siempre en camino! ¡Siempre
inquieto! Y esta es la paz de la inquietud. Podemos preguntarnos: ¿soy inquieto
por Dios, para anunciarlo, para hacerlo conocer? ¿O me dejo fascinar por
aquella mundanidad espiritual que empuja a hacer todo por amor de si mismos?
Nosotros consagrados pensamos a los intereses personales, al funcionalismo de
la obras, a la carrera... beh, podemos pensar tantas cosas... ¿Me he por así
decir ´acomodado´ en mi vida cristiana, en mi vida sacerdotal, en mi vida
religiosa, también en mi vida de comunidad, o conservo la fuerza de la
inquietud por Dios, por su Palabra, que me lleva a ´salir´, hacia los demás?
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