Por poco o mucho que nos examinemos a nosotros mismos, fácilmente descubriremos que todos pretendemos cambiar y mejorar a los demás; lo que menos vemos es como estamos, pero todos pensamos que el mundo estaria mejor si los demás cambiaran.
Y lo que se dice del mundo hay que afirmarlo en concreto en el propio hogar, con nuestra esposa(o), los hijos los amigos,los que dependen de nosotros, los jefes, los patrones, el gobierno, etc. etc. etc.
Y no nos convencemos de que, en tanto no cambiemos nosotros y mejoremos interiormente, es inutil que intentemos cambiar y mejorar a los demas; el mundo, el hogar, el ambiente cambiara si cambiamos y mejoramos nosotros.
Y por ello nada mejor que acercarnos a Dios; cuanto más cerca estemos de Él, mejoraremos significativamente.
San Juan 15, 4-7 nos dice: "Permaneced en mí como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mi."